Mina Riffo
“¿No respetáis el pasado? ¿Lo que pensaron y creyeron vuestras ancestras?
No, claro que no -me dijo-. ¿Por qué tendríamos que hacerlo? Todas han desaparecido. Sabían menos que nosotras. Si no las superásemos, no seríamos dignas de ellas, como tampoco seríamos dignas de las hijas que necesariamente tendrán que superarnos”.
Corría 1915 y Charlotte Perkins Gilman se autopublicaba semanalmente en su propia revista, planteó una historia sobre una sociedad utópica compuesta sólo por mujeres, perdida en el amazonas y aislada del mundo desde hace 2000 años y de cómo tres exploradores lograban acceder a esa pequeña nación. A esta historia se le conoce como Dellas, pero también como Matriarcada o directamente por su título en inglés Herland.
Creo que Charlotte es de esas autoras que lamentablemente ha sido poco traducida, de ahí la diferencia en títulos, y por lo tanto, en el mundo hispanohablante nos hemos visto privadas de sus historias, yo la conocí por su relato “El Tapiz amarillo” que cuenta la historia de una mujer que es encerrada en una habitación por la receta de un médico (que era su propio marido) debido a una depresión post-parto. Recomendable. La crítica feminista era fuerte y la historia se basaba en la vida de la autora, que incluso llegó a abandonar a su esposo en pleno siglo XIX. Con eso en mente me acerqué a esta utopía.
Me encontré con una historia curiosa, por decir lo menos, creyendo que tomaría mucha inspiración del mito de las amazonas, la verdad no fue así. Dellas plantea una sociedad donde no hay hombres desde hace 2000 años y se reproducen de forma asexual. Están sumamente avanzadas socialmente, no tienen delincuencia, ni pobreza ni guerras. Lo cual aterroriza y admira los exploradores a partes iguales, debido a la comparación con nuestra sociedad patriarcal.
Creo que la decisión que tomó la escritora de contar la historia desde el punto de vista de uno de los exploradores, un sociólogo, fue totalmente consciente para poder realzar el contraste entre las sociedades, pero también para evidenciar machismos interiorizados en estos tres hombres, que representan arquetipos muy comunes: el galán y machista, el “chico bueno” que santifica a las mujeres, y nuestro narrador, que se cree libre de machismos, pero realmente no es así.
He leído las críticas que se le hacen al libro desde lecturas académicas sobre que es un ejemplo marxista o que plantea un feminismo separatista a otras que parecen sumamente molestas con ciertas “imperfecciones” de la sociedad de Dellas. Algunas de estos ejemplos es el hecho de que las habitantes de Dellas santifican la maternidad y el embarazo, por lo cual las horroriza la idea de un aborto voluntario o que buscaran volver a la reproducción sexuada entre hombre y mujer. Personalmente, disfruté de esos elementos, porque me hicieron sentido dentro de la construcción de una sociedad que busca la eficiencia y sólo genera nuevas habitantes a través del embarazo. Creo que habría sido un error plantear que porque una sociedad esté compuesta sólo de mujeres esta sería perfecta, pues también somos humanas.