«¿Qué horror ficticio sencillo, por grotescamente magnificado que esté, puede compararse siquiera con el complejo entramado de miseria y desencanto que es la mera rutina humana?» Esta frase de Thomas Logetti simplifica el cómic breve que presenta la Editorial Dogitia. De nombre Tomás (2021), esta historia aborda el horror cotidiano con el guión e ilustraciones de Erika Pino y Fernanda C. Lorca, quienes por su trabajo consiguieron ganar Mejor Portada en los premios FIC 2021 y tuvieron nominaciones a Mejor Guión, Mejor Dibujante y Mejor Cómic del año.
Este comic nos presenta a Tomás Videla, un niño de 9 años que pasaba mucho tiempo en la calle ya que sus padres trabajaban todo el tiempo. Tomás disfrutaba compartir momentos con la protagonista de este cómic y la madre de ésta, tomando once o jugando ludo, hasta que un día, Tomás desapareció.
Desde ahí, la protagonista de este relato (que no tiene nombre) se cuestiona dónde está Tomás, qué pudo haber pasado con él o si alguien lo ha visto por el barrio, por la comuna, por la ciudad. Como lectora yo quería saber la respuesta y temía el resultado que podía encontrar. De hecho, agradezco que esta historia no deba explicarme de forma explícita lo que pudo haber pasado con un niño perdido. La realidad se encarga de hacerme entender el final de esta historia, o el no final de esta pues aunque la búsqueda de Tomás es una conversación habitual en su barrio, poco a poco se va diluyendo hasta pasar al olvido.
Por esta misma razón se entiende que el niño no fue encontrado y sea lo que sea que haya pasado con él, al barrio y a la ciudad ya no le importa su existencia porque la cotidianeidad gana en la búsqueda. Los carteles con su nombre y su fotografía se desgastaron con el tiempo. Los únicos que seguramente mantuvieron su búsqueda o pensaron en Tomás son su familia y la protagonista de la trama. Son los únicos que se esfuerzan por mantener viva la memoria, vivo a un niño que corrió y jugó por esas calles, y que estuvo al lado de la protagonista como si fueran parte de la misma familia.
El resto de la sociedad, incluyendo nosotros como lectoras y lectores, quedamos fuera. Pero esta historia nos hace pensar qué podemos hacer para evitar que historias como las de Tomás, de cualquier niño o niña, sucedan. La protección de niños, niñas y adolescentes debe ser tanto individual como colectiva. También social y estatal. Es por este motivo que destaco la trama, ya que con diálogos y frases tan simples, tan cotidianas, nos cuenta una historia que posee un final conocido y a la vez, desolador.
Tomás de Erika Pino y Fernanda C. Lorca lo encuentran disponible en Editorial Dogitia.