Señora bonita y mi amigo amo de casa: creo que he dejado claro a lo largo de mi trayectoria en este sitio que me encanta la figura de la bruja. Desde que ví por primera vez Hechizada, con mi personaje favorito Endora, es que sentí una fascinación por esta figura en la que me sentí sumamente atraída por la magia y el misterio y por sobre todo el aquelarre que esto conlleva.
Hay historias donde las brujas deben ser ocultas, nadie sabe dónde están, pero saben que están ahí. O hay sociedades en que la magia existe y si bien no son las más populares, simplemente al resto no les conviene meterse con ellas. Me gusta como una escritora tiene una visión diferente sobre lo que ellas pueden hacer. Y esto es justamente que me encanta es lo que quiero destacar sobre este libro.
Primero los quiero invitar a un mundo donde la magia y la responsabilidad comienzan una danza interminable en la época actual. Las brujas conviven en digamos armonía con los sombríos –o sea seres sin magia–. Ellas, al contar con poderes, tienen el deber de encargarse de controlar y estabilizar el clima. Hasta ahí todo bien. Los sombríos no poseen magia. Aún así, son una amenaza para su mundo ya que las acciones cada vez más contaminantes y agresivas con el planeta, provocan que la atmósfera se torne voluble y que los desastres naturales sean cada vez más comunes y numerosos. Y frente a eso, no hay magia que pueda solucionarlo, a tal punto que los poderes de las brujas se han ido agotando.
En este contexto, les presento a Clara, una joven siemprebruja –la última de su clase, debo agregar– cuyo poder es incidir en las estaciones. Algo que podríamos definir como una bendición o una maldición. Esto se debe a que primero, ella no puede controlar su poder al 100%. Sus poderes son influenciados por cada relación que ella establece y por lo tanto, decide vivir recluida para no hacer daño a nadie.
Para explicar un poco sus poderes digamos que cada estación incide en ella de manera diferente. Por ejemplo: en otoño ella no desea saber nada del mundo, mientras que el invierno es un desastre. La primavera le ofrece nuevas oportunidades –como el amor– al encontrar a Sang, su compañero de estudios. Es él quien invita a Clara a que no tenga miedo de usar su poder, a que confíe en sí misma y por lo tanto que se sienta en control de su magia. Un poco de un romance slow burn sumamente exquisito que nos ofrece la autora.
Pero el verano son muchas las oportunidades pero también muchos nuevos desafíos tales como elegir entre su felicidad o su poder, su deber a su gente o su amor a Sang o olvidarlo todo y dejar sumido al mundo en el caos.
La verdad me encantó este libro. Me fascinó este sistema de magia en los poderes de las brujas dependen de la estación del año en el que nacieron y por ende, sean esos tres meses en que su magia está al 100%. Rachel Griffin hace un trabajo maravilloso mostrando las tradiciones de las brujas de cada estación, los bailes, festividades, leyendas y los mitos que existen en torno a ellas, las clases que reciben…
Todo esto hace que el mundo sea original, único, grande y por sobre todo atractivo porque quieres saber un poco más. Y es bastante impresionante que este sea su primer libro, así que imaginen mi cara cuando supe que hay segunda parte. Ya la espero con ganas.
La naturaleza de las brujas de Rachel Griffin llega a las mejores librerías del país gracias a Editorial Urano Chile.