La importancia de Louisa May Alcott y Mujercitas

La importancia de Louisa May Alcott y Mujercitas

Primero que nada agradezco de todo corazón a escribir en este sitio, y espero que esta sea la primera de muchas colaboraciones. En esta ocasión, me toca escribir sobre un libro que significa mucho para mí. Este es Mujercitas (1868), o Little Women, de la escritora estadounidense Louisa May Alcott

Literariamente hablando, es increíble que una historia con más de 100 años de antigüedad y habiéndose escrito hace tanto tiempo, tenga temas tan relevantes que hacen eco a la era en que vivimos hoy. 

La historia de Mujercitas nos presenta a las hermanas March: Meg, Jo, Beth y Amy, unas jovencitas que tuvieron un gran esplendor económico en el pasado, pero que ahora deben vivir con lo justo y necesario. En la novela, una de las primeras escenas que marca este cambio en la vida de las hermanas March es la charla que tiene sobre lo mucho que les duele ser pobres. Sin embargo, todas llegan al consenso de que su mayor consuelo es tener las unas a las otras y a sus padres. 

De hecho, a mi edad lo desconocía, pero es también bastante notable lo feminista que es este libro. Las hermanas March son chicas que viven en medio de la guerra civil estadounidense y apoyan el fin de la esclavitud. En los primeros episodios deciden voluntariamente entregar su desayuno navideño, con lo poco que tienen, a una familia que tiene menos que ellas y ofrecen a velar por su bienestar. En Mujercitas, Louisa M. Alcott nos presenta a 5 mujeres (contando a la madre de las hermanas March), conscientes de sus los pocos privilegios que tienen y aún así deciden compartirlos. 

El otro tema que Alcott maneja de manera brillante es el crecimiento de sus personajes. Las hermanas March son cuatro chicas que pasan de la adolescencia a la adultez (Meg tiene 16 y Amy apenas 12) y deben vivir los procesos que eso conlleva para su época como lo es casarse con un hombre considerado como “un buen partido”, aunque la gracia de cada hermana es que cada una tiene una posición diferente al respecto. 

Meg está dispuesta a cumplir lo que se espera de ella y de una mujer en esa sociedad, al igual que Amy e incluso la dulce Beth, pero Jo no. Jo quiere vivir de su arte: la escritura. Aunque eso no significa que el resto de sus hermanas esté ajena a la cultura y las artes, de hecho cada una está involucrada a un arte diferente: Meg en la actuación, Amy adora la pintura y Beth ama la música, y vemos cómo es que a su modo, ellas deciden lo que quieren hacer en la vida, sin renunciar a lo que ellas quieren o reencontrándose en el camino con sus pasiones. Cada una es dueña de su destino, y su autora fue una revolucionaria al plantearlo así.

De esta forma, vemos a las hermanas March crecer, enamorarse, pelear y reconciliarse, y la vemos sufrir cuando discuten, les duele porque son hermanas y también amigas. Las 4 poseen un lazo tan grande y puro que al final, lo más doloroso es saber que aquellos momentos dorados no van a volver. 

Sin embargo, todo se puede ver con una mirada adulta y de maduración. Eso es lo que mueve la historia, siempre con esa tensión entre feminidad y el deber, pero Alcott logra mostrarnos mujeres reales donde lo importante en sus vidas es el apoyo entre hermanas (o a quienes concibamos como tal, sea de sangre o corazón), porque ellas serán tus grandes aliadas y confidentes en tus momentos más difíciles. Y así como en el libro de “El viaje del peregrino”, se puede llegar a un lugar único, recordando sus bendiciones y finalmente cosechar lo que ha sido una vida llena, en el caso de Mujercitas y su mensaje, de sororidad.

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