Me alegro que mi madre haya muerto de Jenette McCurdy

Me alegro que mi madre haya muerto de Jenette McCurdy

Debo confesarles algo: hace mucho que esperaba este libro. Tengo un espacio especial en mi corazón que es ávido de leer libros de celebridades, porque o te ofrecen una mirada sobre alguien que crees conocer o te dan quizá una visión mucho más oscura de lo que uno cree que brillaba tanto… como por ejemplo en una pantalla de televisión. 

Mi historia con las series de Nickelodeon partió con The Amanda Show, conducido por Amanda Bynes (un caso tan serio que llegó al punto de una conservatorship, pero no me quiero desviar mucho), seguido por Drake y Josh (otra historia extremadamente turbia con Drake Bell), Zoey 101, (protagonizada por la hermana no-famosa del ícono internacional Britney Spears) y alcanzaría el punto máximo de popularidad con iCarly. También existió VicTORIous, pero que de acuerdo a una de los protas del show, no recuerda nada porque pasaban de parrandas. 

Todas estas series tienen en común una siniestra y espantosa persona: Dan Schneider. Posiblemente uno de los mayores pederastas de Hollywood y que por alguna razón sigue teniendo trabajo CON NIÑOS. Pero no vamos a hablar de él, no directamente al menos. Pero créanme que si así fuese estaríamos en muchos posts discutiendo lo cerdo que es este ser.   

iCarly es una serie que se emitió desde 2008 hasta 2012 y trataba la historia de Carly Shay que de la nada encuentra la fama en internet acompañada de su mejor amiga Sam, interpretada por una desconocida Jenette McCurdy, volviéndose un personaje sumamente querida por su actitud sarcástica y ruda pero que al final del día era una buena amiga. 

Como toda niña actriz que encuentra esta fama repentina con este golpe de suerte, no fue una vida sencilla, pero para Jenette, esto se multiplica por mil. En I’m Glad My Mom Died, Jenette McCurdy en un muy valiente testimonio comenta cómo fue vivir con una madre que buscó de la forma que fuese que su hija viviera su sueño frustrado: ser actriz y famosa. Y si esto significaba a contar las calorías que ella consumía y a someterla a todo tipo de vejaciones para que siempre se viera joven y ojalá como una niña. Además, permitió que todo tipo de pervertidos (como Dan Schneider) se les acercara. Ella estaba dispuesta a eso y a mucho más. 

Leerlo no fue una experiencia fácil. Como mencioné anteriormente, soy una ávida lectora de este tipo de libros, pero, la crudeza de este me dejó bastante apesadumbrada y que me hace eco a los otros casos de niños famosos que ha tenido Nickelodeon o incluso Disney Channel, que si bien no han sido tan vocales al respecto, se van sumando cada vez más voces dispuestas a hablar al respecto. Algunos de ellos fueron Cole Sprouse, Alyson Stoner, Bella Thorne, mientras que otras celebridades han dado sus testimonios como Demi Lovato, Miley Cyrus, Selena Gómez  y Joe Jonas

El libro me ha hecho valorar mucho más la figura de Jenette, quien fue sometida por años a experiencias desgarradoras por parte de su madre quien mostraba videos caseros de ella enferma de gravedad con tal de que ella hiciera su voluntad, haciendo que tanto ella como sus hermanos sintieran culpa. El nivel de maldad que poseía Debra y el nivel de control que llegó a tener sobre ella como sus hermanos es algo que ella compara con “El creador” del show donde trabajaba, pero que todos sabemos quien es. 

Esta es la historia de una sobreviviente que cuenta sus detalles más ocultos: su casi imposible relación con su madre marcada por tener que agachar la cabeza y decir que sí a todo, incluyendo el rechazar amistades sinceras solo porque no eran del agrado de su progenitora. También muestra su lucha por hacerse valer en un mundo de estrellas que tuvo la desgracia de compartir con chicas demasiado privilegiadas (te estoy mirando Ariana Grande) que se ajustaban a sus tiempos mientras que Jenette se tenía que esforzar el doble por seguir en una industria que no le gustaba y que todas estas luces no brillaban tanto como ella creía y al que ni siquiera quería entrar para comenzar así como tantos otros detalles que ni su propia madre fue capaz de contarle. 

Realmente si tienen oportunidad de leerlo, no desaprovechen la oportunidad. Este es un libro realmente bien escrito que se nota que es sumamente visceral, desgarrador y doloroso, pero que a la vez se siente como una terapia o exorcismo de esos demonios y si poseemos esperanza un aviso, una advertencia: no porque nuestros niños puedan ser estrella tenemos derecho a que ese camino sea doloroso, y que sea ante todo su elección.

El río ya comenzó a sonar. Y es hora que las piedras que arrastra  hagan caer a todos los que deban hacerlo. 

Y a la distancia, quiero darle las gracias a Jenette por decir que no a todo lo que le ofrecieron y contar su testimonio. Si antes era magistral, ahora es una leyenda.

Me alegro que mi madre haya muerto está disponible en español gracias a Ediciones Urano Chile.