Mina Riffo
“Observa sus manos mientras trabaja. Son delgadas, feas pero fuertes. Manos que pueden hablar, aunque pocas en la escuela se preocupan por escuchar”.
Le tenía puesto el ojo a Victoria Schwab desde hace mucho tiempo pues he escuchado muy buenas reseñas de sus novelas como Una canción salvaje, la saga Sombras de magia y el exitoso La vida invisible de Addie LaRue, además de escuchar que ha hablado públicamente de la brecha de género en las ferias y congresos literarios, pero siempre mantuve distancia por una razón: Toca temas oscuros, prácticamente paranormales y yo soy demasiado miedosa, lo confieso. Así que me armé de valor y decidí adentrarme en este libro, pues la primicia me recordó mucho a La Cumbre Escarlata de Guillermo del Toro y esa familiaridad me trajo tranquilidad.
Esta novela auto conclusiva nos cuenta la historia de Olivia, una niña de 14 años que fue abandonada cuando tenía dos en las puertas de un orfanato, acompañada solo por el diario viejo diario de su madre, que le advertía una cosa: “No te acerques a Gallant”. Olivia no entiende a que se refiere hasta que un día llega una carta de un tío reclamando por ella, que la quiere en la casa familiar, donde pertenece. La idea de una familia la alegra muchísimo pero al acercarse al lugar, lee el nombre de la mansión: Gallant.
Esta primicia ya nos da un aire gótico y estética dark academia, pero es sólo el principio pues Olivia ve gente muerta, que luego descubre que es un talento familiar. Todo esto se muestra con descripciones bastante explicitas con menciones a la sangre y mucha muerte. Y aunque me gusta que los fantasmas no están ahí para asustarte, si no como un elemento más del mundo, recomiendo que no leas este libro antes de dormir.
De igual manera las descripciones son lo que más rescato del libro, Victoria logra generar un ambiente inmaculado, es una fantasía gótica maravillosa que además esta acompaña de ilustraciones a tinta. Quedas completamente sumergida en el mundo que te presenta y es por eso que, por primera vez en mucho tiempo, desee que el libro tuviera más páginas, incluso una secuela. La historia plantea unas lógicas con mucho potencial que me dejaron con ganas de saber más sobre su funcionamiento.
Y sobre esa misma línea quiero comentar otro de mis elementos favoritos del libro: Olivia es muda y habla en lengua señas. Jamás había leído un libro con una protagonista, además de ser una pre adolescente sumamente bien lograda, me maravillo completamente esta característica suya, pues hace que este sumamente pendiente de los sonidos. Sumado a que más adelante conocemos a un personaje que no puede leer, no es que no sepa si no que nos dicen que directamente no puede y dan a entender que es debido a algo similar a una dislexia severa. Tampoco nunca había leído un personaje así. Amé ver este tipo de representación aunque, por alguna razón, me forme la teoría de que era el precio que la familia pagaba por ver fantasmas, pero eso es solo idea mía.
Retomando mi comentario inicial, creo que si te gustó La Cumbre Escarlata y estás buscando algún libro en esta línea, esta es tu oportunidad, pues si bien acerté al pensar que eran similares, lo son en la atmósfera y el elemento de los fantasmas, pero no en trama.
Por mi parte no creo volver algún libro con fantasmas, pero probablemente me pasee por las tramas de los otros libros de Victoria buscando alguno que no de mucho miedo para mi siguiente lectura.
“La muerte está en todas partes. La muerte viene a por las rosas y las manzanas, a por los ratones y los pájaros. Viene a por todos nosotros. ¿Por qué iba la muerte a impedirte vivir?”