Después de un viaje al Amazonas, Isabel Allende nos lleva a un reino pequeño y misterioso, ubicado en el Himalaya. Ahí, se encuentra la estatua del Dragón de Oro, y según cuenta la leyenda, este es un poderoso instrumento que predice el futuro y que preserva la paz de estas tierras. Una paz que se ve perturbada cuando nuevos personajes visitan este lugar conocido como El Reino del Dragón de Oro, que también es el nombre de la novela.
En esta segunda parte de Memorias del Águila y el Jaguar, Allende nos permite reencontrarnos con los protagonista de La Ciudad de las Bestias; Alexander Cold, su abuela Kate y Nadia Santos han vuelto a reunirse con los colegas de Kate del International Geographic; Timothy Bruce y Joel Gonzalez, y juntos van al Himalaya en busca de Yetis (y comprobar sus existencias) además de ver la famosa estatua de este mítico dragón.
En su trayecto conocemos al americano Tex Armadillo y Judit Kinski, una decoradora de jardines que llega al reino del Dragón de Oro para aconsejar al rey Dorji. Pero estos no son los únicos personajes; a Nadia, Alexander y Kate se unen el lama Tensing, maestro y guía espiritual del príncipe heredero Dil Bahadur, y Pema, una de las chicas que vive en el reino que destaca por su valentía. Juntos, Nadia, Alex, Kate, Dil Bahadur y Pema deberán proteger el reino y la estatua del Dragón de Oro que intenta ser arrebatado por aquellos que desean robarlo como la secta del Escorpión y una extraña figura conocida como El Coleccionista.
En este libro sabemos un poco más de la vida pasada de Kate junto a un viejo amor que tuvo, pero sólo ocurre durante los primeros capítulos ya que por los viajes de Kate y otros personajes, esto no se vuelve a explorar. Lo mismo ocurre con la relación del protagonista, Alex Cold, con su familia: su padre que se encuentra cuidando a su madre en su lucha contra el cáncer, y sus hermanas menores. Alex les piensa todo el tiempo, y que con cada elemento mágico que encuentra en sus aventuras les sirve para ayudar a mejorar la salud de su madre, aunque no volvamos a ver escenas entre ellos. Sólo se observa, en la lectura, que Alex se vuelve más cercano a su abuela Kate, y se reencuentra con Nadia antes de viajar al Himalaya.
Los protagonistas siguen siendo Alex y Nadia, ella crece mucho como personaje ya que pasa de una chica que puede hablar con animales en Brasil, a dejar su hogar para comenzar a estudiar en Nueva York y acompañar a Alex y Kate en sus viajes, a ser una muchacha valiente que logra entablar amistades con otras chicas de su edad como Pema y las muchachas del Himalaya; todas logran ayudarse tras vivir momentos complejos debido a la secta del Escorpión. Tanto Alex y Nadia usan su astucia, amistad y poderes con sus animales totémicos —Jaguar y Águila— para ayudar Dil Bahadur y al reino del Dragón de Oro.
Este libro continúa con un mensaje similar al anterior: La protección del medio ambiente, la ecología y el respeto por otras culturas. A la vez, nos adentramos en las enseñanzas del budismo, la bondad, el coraje y asumir un legado con responsabilidad así como los elementos mágicos como los yetis, viajes astrales. Todas estas cosas no dejan de sorprender y mantienen la atención en la lectura.
El Reino del Dragón de Oro es más largo y contiene puntos de vistas de los personajes nuevos que agrega, pero mantiene la magia que permite enamorarse de la historia y sobre todo de otro lugar en el mundo. Este libro lo encuentran en todas las librerías disponibles gracias a Penguin Random House.